Tras la polémica sobre el plagio del cartel del Carnaval de Málaga del año pasado, vuelve este año las críticas negativas sobre el de 2019
Esta vez no se trata de plagio, al menos que se sepa, pero sí sobre los pocos seguidores de la obra de Pablo Flores.
Expresiones como «No tiene nada de carnavalero ni malagueño» o «Cuando un cartel se tiene que explicar, mal asunto», son algunos ejemplos de comentarios en redes sociales. La obra de Pablo Flores fue presentada ayer en el Gourmet Experience de El Corte Inglés.
Según su autor Pablo Flores,
“Momo navega sobre una concha símbolo de renacimiento y bautismo, de un nuevo empezar con la que esta Fundación cumple su sueño inaugurando la nueva Casa del Carnaval. Todo esto nos compone una carroza barroca, en la que la fiesta tiene sus inicios, y que es convertida en batea de la batalla más pacífica que ha existido jamás donde sus soldados disparan sonrisas con munición de flores y papelillos”.
La obra se compone de dos partes en las que se refleja la noche y el día en el Carnaval de Málaga.
“La noche que se inunda de luz y en el que las imágenes se superponen sin saber dónde empiezan y dónde acaban. Mímesis del arte del disfraz de la transformación en otros siendo nosotros mismos. Colores que son luz de la ilusión de una bóveda gótica, que ilumina la calle de un Marqués que, más cerquita que nunca, se convierten en templo donde la oración es cuplé.
Con respecto a la escena inferior, que refleja al día, llega al final con la “muerte” del boquerón envuelto en llamas en la playa de la Malagueta, el autor sugiere “un punto aparte o vuelta a empezar, donde su famoso entierro a orillas de mar, se viste de morado de penitencia augurando lo que las llamas traerán. Allí, se brinda las penas con lágrimas de alegría, en un día nítido de invierno cálido, donde los colores de Málaga relucen más que nunca”.
Bajo mi punto de vista, la idea del cartel y lo que representa me parece muy acertada. Quizás un poco arriesgado el contenido, ya que no deja clara a primera vista la visión del autor.
Pablo Flores tiene en su haber una extensa cartelería en su currículum pese a su juventud, y estudios que lo avalan. Mientras que no haya sospechas de plagio, algo inadmisible en un artista, el gustar más o menos, carece de importancia y merece todos mis respetos. Personalmente tampoco me siento especialmente entusiasmado, pero es nuestro cartel y hay que defenderlo y divulgarlo. Con la obra no estamos promocionando a su autor, ni siquiera el propio cartel, sino al Carnaval de Málaga. Para gusto los colores. ¿Qué opinan ustedes?
