El telón de boca de Ferrándiz vuelve a abrir la escena del Teatro Cervantes

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El Ayuntamiento y la Fundación Málaga han promovido la recuperación del lienzo de 1870, unos trabajos desarrollados por Quibla Restaura cuya fase final se realizó ante el público

La pieza se ha presentado esta tarde al público ya remozada y ha dado paso al ensayo general de Turandot, la ópera que inaugura la 29 Temporada Líric

El telón de boca que pintó Bernardo Ferrándiz en 1870 vuelve a abrir la escena del Teatro Cervantes de Málaga. Desde esta tarde reside de nuevo, recién remozado y listo para su uso, en las varas del teatro para el que fue concebido. La pieza se ha presentado esta tarde al público ya remozada, en un acto en el que han participado el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el presidente de la Fundación Málaga, Juan Cobalea, y en el que un vídeo resumen del proceso de restauración ha precedido el momento en el que ha bajado de su vara para que fuera contemplado durante unos minutos por los espectadores. A continuación, el telón de Ferrándiz ha vuelto a subir para dar paso en este primer ‘trabajo’ de su nueva etapa al ensayo general de Turandot, la ópera que abre el fin de semana la 29 Temporada Lírica del coliseo malagueño.

El telón de boca de Ferrándiz vuelve a abrir la escena del Teatro Cervantes
Málaga (España) 01/11/2017 Presentación del telón de boca del Teatro Cervantes, pintado por Bernardo Ferrándiz en 1870, tras su restauración integral. Han asistido el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el presidente de la Fundación Málaga, Juan Cobalea, y el director del Teatro Cervantes, Juan Antonio Vigar, entre otras personalidades.
Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Los asistentes al ensayo general ha podido contemplar cómo se recupera el diálogo natural entre el lienzo que da entrada a la escena y la pintura cenital del Cervantes, la Alegoría de Málaga con su Puerto, Estación de Ferrocarril, la Agricultura, Industria y Comercio, creada también por Ferrándiz con la ayuda de entre otros Antonio Muñoz Degrain.

La Fundación Málaga y el Ayuntamiento de Málaga a través del Teatro Cervantes han abordado conjuntamente la restauración de la pieza, en un señalado ejemplo de cooperación entre el sector privado y las instituciones públicas para la restitución y puesta en valor de nuestro patrimonio cultural. El equipo de 8 profesionales de la empresa Quibla Restaura ha realizado un minucioso trabajo para el que ha contado con el apoyo y la implicación tanto de los técnicos del coliseo malagueño como de los espacios donde se ha reparado el lienzo y de las empresas colaboradoras en tal fin, desde tapiceros hasta transportistas.

El proceso ha sido largo y complejo dado el mal estado de conservación y la fragilidad que presentaba la obra, que por las mismas razones permanecía habitualmente oculta. Precisamente para dar visibilidad al legado artístico de la ciudad tomando como ejemplo este telón casi olvidado, se ha querido abrir el proceso de restauración a toda la ciudadanía. Tras unos trabajos previos de asentamiento de la pintura y la tela, la fase central se realizó en verano en el Patio de Banderas del Ayuntamiento, ante la vista de más de 1.300 personas.

El telón de boca de Ferrándiz vuelve a abrir la escena del Teatro Cervantes
Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Un largo, complejo y apasionante proceso

Tras unos trabajos previos de asentamiento de la pintura con papel japonés y cola de pescado desarrollados en el escenario del Teatro Cervantes, el lienzo se enrolló en un gran cilindro construido para la ocasión y se trasladó al Palacio de Ferias de la capital para los trabajos de intervención en la deteriorada y parcheada tela. Esta fase se prolongó más de lo previsto dado que al retirar el reentelado de algodón que se hizo en la intervención de 1954 se encontró la tela original, de lino, en mucho peor estado del que se esperaba: los distintos materiales, con sus diferentes tensiones y factores de encogimiento y con varias capas de parches superpuestos, así como la cola con la que se adhirieron causaron graves deformaciones y fisuras en el lienzo de 1870. Por ello, prosiguieron los trabajos en el soporte en el Instituto La Rosaleda, incluido un refuerzo de lino con una tela llegada de Italia, muy parecida a la original, que se adhirió con gacha española (pasta de harina de trigo y colas y resinas naturales). Una vez finalizado el asentamiento del soporte textil, el 10 de junio se pudo trasladar la pieza y anclar en el Patio de Banderas del Ayuntamiento.

Allí, el equipo de la empresa Quibla Restaura realizó en vertical, sobre un andamio y ante la vista a la vista de cualquier interesado en el patrimonio malagueño, la fase central de esta intervención, los trabajos en la capa pictórica. Entre junio, julio y los primeros días de agosto se acometió la limpieza de la pintura, el estucado de lagunas del lienzo, esto es, la homogeneización de la superficie pictórica, y la fase más importante, la reintegración cromática de dicha superficie, realizada mediante la técnica del ‘regattino’. Los visitantes pudieron conocer en vivo las vicisitudes de la recuperación de una pieza de tan inmenso formato y tan ‘tocada’ en anteriores y dañinas restauraciones. Los responsables de Quibla, Estrella Arcos, Francisco Zambrana y Joaquín Gallego, y su equipo de restauradores relataron mientras trabajaban en la pintura los pormenores técnicos de la intervención, desde los trabajos en una tela deformada, rota, recosida y debilitada por infecciones de hongos hasta las dificultades derivadas del transporte a diversos puntos de un lienzo tan pesado, voluminoso y frágil.

En los casi dos meses que permaneció en el Consistorio, cerca de 1.300 personas asistieron en directo a los trabajos. La pintura llegó al Patio de Banderas el sábado 10 de junio, y ya desde el martes 13 de dicho mes empezó a recibir visitas. Más de 30 grupos de entre 8 y 40 personas de diferentes edades y procedencias fueron atendidos de manera personalizada por los ocho técnicos de Quibla, que también relataron las vicisitudes de la recuperación del telón a diferentes expertos de museos e instituciones culturales así como a los turistas españoles y extranjeros y malagueños que se acercaron individualmente y sin cita previa a contemplar los trabajos.

El telón de boca de Ferrándiz vuelve a abrir la escena del Teatro Cervantes
Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Desde profesores de Historia del Arte de la UMA, de San Telmo o Gibraljaire hasta numerosos grupos escolares de distintos niveles, asociaciones como la de los Amigos del Museo Carmen Thyssen o la asociación cultural Isla de Arriarán, académicos de San Telmo y artistas plásticos como Los Interventores o escénicos como el elenco de Dirty dancing desfilaron por el Patio de Banderas, contemplaron un vídeo explicativo y utilizaron finalmente la gran obra de Ferrándiz como ‘photocall’ para llevarse el recuerdo a casa. El perfil medio del visitante ha sido mayoritariamente femenino, situado en torno a los 40 años y local, pero se atendió igualmente a turistas nacionales y un menor porcentaje de turistas británicos, norteamericanos, belgas, japoneses, rusos y árabes (a estos con explicaciones en inglés).

A todos se les permitió entrar en el espacio de trabajo y pudieron conocer detalles y curiosas anécdotas ‘escondidas’ en el telón, como los graffitis que se encontraron en el reverso de la tela, escritos por los propios trabajadores del Cervantes de principios o mitad del siglo XX, las dos mirillas practicadas en el telón por las que se contemplaba desde el escenario cómo estaba el patio de butacas, o detalles ocultos por las dos intervenciones anteriores. Según Estrella Arcos, el equipo de Quibla ha descubierto modificaciones importantes del diseño original de Ferrándiz, tales como caras cambiadas y pintadas al estilo de las cantantes de la época del repintado, sombreros, gorros o liras añadidos y detalles eliminados, como el de ciertos nombres de dramaturgos pintados en el fuste de la columna y que quedaron tapados tras los trabajos de principios del XX y de 1954.

La última fase se realizó durante el resto del mes de agosto en el escenario del Cervantes. Allí se añadieron dos injertos de lino en los laterales, un trabajo que solo se puede hacer en horizontal, para culminar la restauración con los últimos retoques de la capa pictórica y la protección final de la misma. Una vez acabada esta fase, el lienzo ha quedado montado en una estructura rígida y permanente de aluminio, a modo de cuadro gigante, en la caja escénica. A partir de ahora, podrá volver a ser utilizado en ocasiones especiales: la primera prevista ha sido la de hoy en el ensayo general de Turandot.

La colaboración público-privada para recuperar el telón

La Fundación Málaga y el Teatro Cervantes han abordado conjuntamente la restauración de la pieza, habitualmente oculta dado su mal estado de conservación y fragilidad. Con ello, el telón de boca y la pinturas del techo, asimismo de Ferrándiz y también restaurada entre 2004 y 2005 gracias al patrocinio de la Fundación Málaga, han recuperado el diálogo natural para el que fueron concebidas. El coste se ha cifrado en 95.000 euros más IVA.

El telón de boca de Ferrándiz fue exhibido al público por última vez en 2012, en la celebración del 25 aniversario de la reapertura del teatro, en un acto presentado por Carlos Álvarez en el que se interpretó la opereta de Lehár La viuda alegre. En este 2017, y coincidiendo con el 30 cumpleaños de la reinauguración del edificio de Gerónimo Cuervo, el Ayuntamiento de Málaga y la Fundación Málaga llegaron a un acuerdo para recuperar para la ciudadanía una obra de arte muy dañada debido al paso del tiempo y a intervenciones anteriores poco adecuadas.

La decoración del techo y del telón de boca

A Ferrándiz le fue encomendada la pintura del techo de la sala, para la que se decidió por una alegoría de la ciudad en la figura de las Bellas Artes, que emplazó en el centro del lienzo rodeada de todos los aspectos de su economía, entonces en pleno florecimiento: agricultura, alfarería, industria, transporte y pesca.

Para el telón de boca, uno de los más conseguidos de los realizados en la España del XIX, el autor desarrolló una propuesta iconográfica que deshiciera la ruptura entre escena y público al introducir una abertura imaginaria en el centro, por la que asoman los personajes que se representan. Destaca en el lado derecho la figura de Mefistófeles, en el que el pintor se autorretrató.

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